Imprimido: 2025-10-27
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Unidad documental simple 000616 - Música folklórica del Caribe : compilada por Harold Courlander
Parte de Fondo Néstor Ortíz Oderigo
Área de identidad
Código de referencia
AR ABIBUNTREF C.BP-ORT-2-1-000616
Título
Música folklórica del Caribe : compilada por Harold Courlander
Fecha(s)
Nivel de descripción
Unidad documental simple
Volumen y soporte
17 imágenes de fojas tamaño carta.
Área de contexto
Nombre del productor
Ortíz Oderigo, Néstor
(1912-1996)
Historia biográfica
Néstor Ortiz Oderigo, escritor, musicólogo, estudioso del jazz, el folklore y la cultura africanas, nació el 11 de febrero de 1912, fue autor de “Música y músicos de América”, “Perfiles del jazz”, “Historia del jazz”, “Diccionario del jazz”, “Panorama de la música afroamericana”, “Estética del jazz”, “Aspectos de la cultura africana en el Río de la Plata”, “Croquis del candombe”, “Voces del África en el Río de la Plata”, “Macumba”, “Calunga”. Participó en revistas y publicaciones como “Rivista da Etnografía”, “África”, “Le Musée Vivant”, “Le Jazz Hot” y “Jazz”.
Sus primeros artículos aparecieron en la revista “Fonos” en 1928. Luego colaboró en diarios y revistas de todo el mundo como “La Nación”, “El Mundo”, “Nosotros”, “Lea y Vea”, “Davat”,“Saber Vivir”, “Sustancia”, “Associated Negro Press”, “Oportunity”, “Playback”, “Jazz
Magazine”, “Hot Club Magazine”, “Música Jazz”, “Pensamiento da América”, “Folha da Manha”, “Ritmo”, “Quilombo”, “Mundo Uruguayo”, “Rhythme”, “Australian Jazz Quarterly”.
Néstor Ortiz Oderigo había comenzado a entusiasmarse con la música de los afronorteamericanos a los catorce años. El amor por el jazz lo había conducido a interesarse en la cultura negra de toda Latinoamérica, en particular del Río de la Plata.
Murió en 1996, a los 84 años de edad. Su viuda donó la inmensa colección de libros sobre temas antropológicos, discos, tallas y tambores al Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Su sobrina, Alicia Dujovne Ortiz, donó material inédito a la Universidad de Tres de Febrero para dar a conocer parte de la obra que no fue publicada por el autor.
Murió en 1996, a los 84 años de edad.
Sus primeros artículos aparecieron en la revista “Fonos” en 1928. Luego colaboró en diarios y revistas de todo el mundo como “La Nación”, “El Mundo”, “Nosotros”, “Lea y Vea”, “Davat”,“Saber Vivir”, “Sustancia”, “Associated Negro Press”, “Oportunity”, “Playback”, “Jazz
Magazine”, “Hot Club Magazine”, “Música Jazz”, “Pensamiento da América”, “Folha da Manha”, “Ritmo”, “Quilombo”, “Mundo Uruguayo”, “Rhythme”, “Australian Jazz Quarterly”.
Néstor Ortiz Oderigo había comenzado a entusiasmarse con la música de los afronorteamericanos a los catorce años. El amor por el jazz lo había conducido a interesarse en la cultura negra de toda Latinoamérica, en particular del Río de la Plata.
Murió en 1996, a los 84 años de edad. Su viuda donó la inmensa colección de libros sobre temas antropológicos, discos, tallas y tambores al Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Su sobrina, Alicia Dujovne Ortiz, donó material inédito a la Universidad de Tres de Febrero para dar a conocer parte de la obra que no fue publicada por el autor.
Murió en 1996, a los 84 años de edad.
Institución archivística
Historia archivística
Origen del ingreso o transferencia
Área de contenido y estructura
Alcance y contenido
El texto mecanografiado que presenta el PDF, parece ser guion para un programa radial (ya que hay marcaciones para los discos que se escucharían, entre los párrafos). El último recorte (2 imágenes), no parece corresponder al grupo documental.
El título está acompañado de: "Notas por Nestor Ortíz Oderigo. Ethnic Folkways Library álbum nº FE 4533".
Hasta la entrada del primer disco, puede leerse:
"Con anterioridad al arribo de los europeos, en el Nuevo Mundo se cultivaba la música. Los Aztecas en México, en el Perú los incas y los mayas en América Central, realizaban fiestas y ceremonias; unas, de carácter puramente religioso, y otras de índole civil o política, en celebración de hechos o acontecimientos de trascendencia dentro de la órbita de la comunidad, como victorias guerreras o generosas cosechas. Y en ellas, los cuentos, las danzas y las ejecuciones instrumentales desempeñaban un papel de levantada tesitura.
Como en todas las sociedades mal denominadas "primitivas", o más exacta y científicamente "ágrafas", en la civilización vernácula americana la música no era un "arte por el arte". Era un arte utilitario o "funcional", como se dice en el léxico de la etnomusicologia. Por entero circunscribíase a las necesidades de la comunidad y estaba densamente entretejida en la espese urdimbre de todos los quehaceres y las actividades de la vida cotidiana.
Sin embargo, sus expresiones se vinculaban con mayor frecuencia con rituales y cultos sacromágicos que los indígenas observaba con hierática rigidez, de acuerdo con preceptos derivados de une añosa tradición legada de padres a hijos. Porque la religión politeista hallábase en la base de la mayor parte de la música, que rendía homenaje a los dioses, ora directamente, ora simbólicamente, pero siempre con una penetrante intención litúrgica.
Al panorama de la música autóctona americana, las corrientes colonizadores e inmigratorias europeas trajeron un nuevo "tono" y una dimensión nueva. Pronto, sus músicas, sus bailes y su organografía comenzaron a penetrar en la organografía, en los bailes y en la música autóctonos. Pero asimismo sufrieron su enorme influjo. Se sincretizaron. I así nació la primera etapa de la transulturación musical efectuada en el denso crisol cultural del Nuevo Mundo.
Desde el siglo dieciséis comienzan a llegar al continente joven los siniestros navíos negreros, o "navíos fantasmas" como los denomina el gran bardo brasileño Castro Alves, el autor de Os escravos, Espumas flutuantes e Hinos do Equador. Con sistemática y creciente frecuencia, depositan su trágica mercancía humana en puertos americanos que van desde Jamestown, en las costas de Virginia (Estados Unidos de Norteamérica), hasta Montevideo y Buenos Aires. Fue así como se abrió una nueva vertiente humana que había de traer vientos de renovación al mapa musical del Nuevo Mundo. Porque los negros, con la espiral insólita de sus danzas, con la heterogeneidad de sus variados miembros organográficos, con sus cantos y sus cuentos, penetraron verticalmente la música de toda América.
Una generosa corriente de danzas y de música africanas se extiende entonces a lo largo y a lo ancho de nuestro continente. En las distintas naciones en que el negro adquiere carta de ciudadanía, su arte sonoro ejerce una poderosa gravitación, como no lo ha hecho ninguna música de matriz folklórica en par- te alguna del mundo, ni en ninguna época. Y es así como el rostro del arte de la bella combinación de los sonidos muda de expresión. Es más: adquiere su silueta definida y decisiva. Porque, como dijo el gran poeta Nicolás Guillén, los negros traen el perfil definitivo a América.
Por otro lado, las canciones de los siervos no tardan en fundirse con las de los indios y los criollos, con cantos franceses y españoles, con especies portuguesas y británicas. Entrelázanse las raíces de la música de los esclavos con las expresiones del arte sonoro de los distintos pueblos. Y el cancionero americano lanza su primer vagido. Pero, donde quiera que el negro haga oír los rítmicos sones de sus instrumentos y los timbres vibrantes de sus cantos, el rostro de la música de los diversos países ya no será el mismo. Quedará sellado con el cuño de su recia e inconfundible personalidad artística que todo lo trasmuta y lo trastoca, lo retoca y colorea."
El título está acompañado de: "Notas por Nestor Ortíz Oderigo. Ethnic Folkways Library álbum nº FE 4533".
Hasta la entrada del primer disco, puede leerse:
"Con anterioridad al arribo de los europeos, en el Nuevo Mundo se cultivaba la música. Los Aztecas en México, en el Perú los incas y los mayas en América Central, realizaban fiestas y ceremonias; unas, de carácter puramente religioso, y otras de índole civil o política, en celebración de hechos o acontecimientos de trascendencia dentro de la órbita de la comunidad, como victorias guerreras o generosas cosechas. Y en ellas, los cuentos, las danzas y las ejecuciones instrumentales desempeñaban un papel de levantada tesitura.
Como en todas las sociedades mal denominadas "primitivas", o más exacta y científicamente "ágrafas", en la civilización vernácula americana la música no era un "arte por el arte". Era un arte utilitario o "funcional", como se dice en el léxico de la etnomusicologia. Por entero circunscribíase a las necesidades de la comunidad y estaba densamente entretejida en la espese urdimbre de todos los quehaceres y las actividades de la vida cotidiana.
Sin embargo, sus expresiones se vinculaban con mayor frecuencia con rituales y cultos sacromágicos que los indígenas observaba con hierática rigidez, de acuerdo con preceptos derivados de une añosa tradición legada de padres a hijos. Porque la religión politeista hallábase en la base de la mayor parte de la música, que rendía homenaje a los dioses, ora directamente, ora simbólicamente, pero siempre con una penetrante intención litúrgica.
Al panorama de la música autóctona americana, las corrientes colonizadores e inmigratorias europeas trajeron un nuevo "tono" y una dimensión nueva. Pronto, sus músicas, sus bailes y su organografía comenzaron a penetrar en la organografía, en los bailes y en la música autóctonos. Pero asimismo sufrieron su enorme influjo. Se sincretizaron. I así nació la primera etapa de la transulturación musical efectuada en el denso crisol cultural del Nuevo Mundo.
Desde el siglo dieciséis comienzan a llegar al continente joven los siniestros navíos negreros, o "navíos fantasmas" como los denomina el gran bardo brasileño Castro Alves, el autor de Os escravos, Espumas flutuantes e Hinos do Equador. Con sistemática y creciente frecuencia, depositan su trágica mercancía humana en puertos americanos que van desde Jamestown, en las costas de Virginia (Estados Unidos de Norteamérica), hasta Montevideo y Buenos Aires. Fue así como se abrió una nueva vertiente humana que había de traer vientos de renovación al mapa musical del Nuevo Mundo. Porque los negros, con la espiral insólita de sus danzas, con la heterogeneidad de sus variados miembros organográficos, con sus cantos y sus cuentos, penetraron verticalmente la música de toda América.
Una generosa corriente de danzas y de música africanas se extiende entonces a lo largo y a lo ancho de nuestro continente. En las distintas naciones en que el negro adquiere carta de ciudadanía, su arte sonoro ejerce una poderosa gravitación, como no lo ha hecho ninguna música de matriz folklórica en par- te alguna del mundo, ni en ninguna época. Y es así como el rostro del arte de la bella combinación de los sonidos muda de expresión. Es más: adquiere su silueta definida y decisiva. Porque, como dijo el gran poeta Nicolás Guillén, los negros traen el perfil definitivo a América.
Por otro lado, las canciones de los siervos no tardan en fundirse con las de los indios y los criollos, con cantos franceses y españoles, con especies portuguesas y británicas. Entrelázanse las raíces de la música de los esclavos con las expresiones del arte sonoro de los distintos pueblos. Y el cancionero americano lanza su primer vagido. Pero, donde quiera que el negro haga oír los rítmicos sones de sus instrumentos y los timbres vibrantes de sus cantos, el rostro de la música de los diversos países ya no será el mismo. Quedará sellado con el cuño de su recia e inconfundible personalidad artística que todo lo trasmuta y lo trastoca, lo retoca y colorea."
Valorización, destrucción y programación
El material se conserva por su valor histórico y educativo. Se encuentra en proceso de digitalización para su consulta en línea.
Accruals
Sistema de arreglo
La documentación se guarda en carpetas ordenadas alfabéticamente con números correlativos dentro de cajones de un mueble de gran formato.
Área de condiciones de acceso y uso
Condiciones de acceso
El derecho de acceso a la información es un derecho fundamental reconocido por tratados internacionales, que poseen jerarquía constitucional desde la Reforma de 1994.
El Archivo del Sistema de Bibliotecas de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, posee un régimen específico de consulta. En todos los casos, el usuario que desee acceder al archivo de manera presencial, deberá:
a) Solicitar un turno al personal de archivo, con los que se pactará el día y horario de la visita.
b) Completar una ficha en la que se requerirán sus datos personales y motivo de la su consulta.
c) Utilizar guantes descartables durante la manipulación de los documentos si no estuviesen ya disponibles en la web.
La modalidad de acceso y consulta del material determinada por la institución, tiende a facilitar el acceso al material y a la protección del patrimonio.
Se tendrá en cuenta la disponibilidad de tiempo, espacio y personal con que cuente al momento de la solicitud. El encargado del Archivo, detallará los documentos consultados (nº de caja y carpeta) y permanecerá con el usuario mientras manipule los mismos, para proteger la integridad de los bienes que custodia.
Podrán registrarse temporalmente fuera de la consulta los siguientes materiales: los fondos/documentos que no hayan sido organizados y/o catalogados, aquellos materiales cuyo estado de conservación no sea el adecuado para resistir el contacto directo, los documentos originales que estén en proceso de recuperación, estabilización y/o restauración.
El Archivo del Sistema de Bibliotecas de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, posee un régimen específico de consulta. En todos los casos, el usuario que desee acceder al archivo de manera presencial, deberá:
a) Solicitar un turno al personal de archivo, con los que se pactará el día y horario de la visita.
b) Completar una ficha en la que se requerirán sus datos personales y motivo de la su consulta.
c) Utilizar guantes descartables durante la manipulación de los documentos si no estuviesen ya disponibles en la web.
La modalidad de acceso y consulta del material determinada por la institución, tiende a facilitar el acceso al material y a la protección del patrimonio.
Se tendrá en cuenta la disponibilidad de tiempo, espacio y personal con que cuente al momento de la solicitud. El encargado del Archivo, detallará los documentos consultados (nº de caja y carpeta) y permanecerá con el usuario mientras manipule los mismos, para proteger la integridad de los bienes que custodia.
Podrán registrarse temporalmente fuera de la consulta los siguientes materiales: los fondos/documentos que no hayan sido organizados y/o catalogados, aquellos materiales cuyo estado de conservación no sea el adecuado para resistir el contacto directo, los documentos originales que estén en proceso de recuperación, estabilización y/o restauración.
Condiciones
Idioma del material
- español
Escritura del material
Notas sobre las lenguas y escrituras
Características físicas y requisitos técnicos
Instrumentos de descripción
Área de materiales relacionados
Existencia y localización de originales
Existencia y localización de copias
Unidades de descripción relacionadas
Área de notas
Notas
Puntos de acceso
Puntos de acceso por materia
Puntos de acceso por autoridad
- Ortíz Oderigo, Néstor (Productor)
Área de control de la descripción
Identificador de la descripción
AR C ABIBUNTREF OS2SS1-19
Identificador de la institución
ABIBUNTREF
Reglas y/o convenciones usadas
Estado de elaboración
Final
Nivel de detalle
Parcial
Fechas de creación revisión eliminación
2025-10-22: Creación.
Idioma(s)
- español
Escritura(s)
Fuentes
Nota del archivista
Descripción elaborada por María Elsa Rodríguez.
Metadatos del objeto digital
Tipo de soporte
Texto
Mime-type
application/pdf
Tamaño del archivo
3.1 MiB
Cargado
22 de octubre de 2025 12:20

